La trufa es un exquisito manjar que ha cautivado los paladares más exigentes a lo largo de la historia. Su sabor y aroma únicos la convierten en un ingrediente muy apreciado en la alta cocina y le dan a los platos ese toque extra de delicadeza y sabor que marca la diferencia. Dentro de las variedades, la trufa negra y la trufa blanca, son dos de las más apreciadas. En este artículo, exploraremos las diferencias entre ambas y arrojaremos un poco de luz sobre que escoger según el uso que quieras darla ¿trufa negra o blanca?
¿Cómo saben la trufa negra y la blanca?
La trufa negra, también conocida como Tuber melanosporum, es famosa por su sabor terroso y aromático. Normalmente, cuando pensamos en una trufa, se nos viene a la cabeza una trufa negra. Es un ingrediente muy versátil que puede añadir profundidad y complejidad a una amplia variedad de platos. Su sabor se describe a menudo como intenso y rico, con notas terrosas y a nueces. La trufa negra tiene un aroma penetrante y embriagador que llena la habitación cuando se utiliza en la cocina.
Por otro lado, la trufa blanca, o Tuber magnatum, tiene un sabor mucho más delicado y suave en comparación con la trufa negra. Su sabor es más sutil y afrutado, con notas de ajo y flores. La trufa blanca también tiene un aroma distintivo pero más suave que el de su contraparte negra. Su sabor refinado hace que sea un ingrediente muy apreciado en platos gourmet.
¿Cuál es más cara, la trufa negra o blanca?
En términos de precio, la trufa blanca es considerada la más cara y exclusiva. Su escasez y su sabor único la convierten en un lujo culinario muy codiciado. La trufa negra también es valiosa, pero generalmente tiene un precio más asequible que la trufa blanca. El costo de las trufas varía según la temporada, la calidad y la demanda, por lo que es importante estar al tanto de los precios en el mercado.
Diferencias en apariencia de la trufa negra y la trufa blanca
La diferencia más evidente entre la trufa negra y blanca es su color. La trufa negra tiene un exterior rugoso y oscuro, que varía de marrón oscuro a negro. Por otro lado, la trufa blanca tiene una cáscara lisa y de color beige claro, que puede presentar tonalidades doradas. Ambas variedades tienen un interior marmolado de color marrón claro o beige, pero la trufa blanca tiende a tener un aspecto más uniforme y suave en comparación con la trufa negra.
Cosecha y temporada de las trufas
La trufa negra se cosecha principalmente durante los meses de invierno, desde diciembre hasta marzo. Es en esta época cuando alcanza su máximo sabor y aroma. Por otro lado, la trufa blanca es más difícil de encontrar y suele ser recolectada en otoño, desde septiembre hasta diciembre. La temporada de la trufa blanca es más corta y limitada, lo que contribuye a su alto precio y demanda.
Entre ambos tipos de trufa está la trufa de primavera o Tuber Borchii, que es una trufa blanquecina, pero que tiene tonalidades marrones y que si no sabes si escoger trufa negra o blanca, puede ser una buena opción porque se parece a la blanca, pero más suave. Eso sí, es una trufa de primavera, así que no está siempre disponible.
Usos culinarios
Tanto la trufa negra como la blanca se utilizan en la alta cocina para añadir un toque de lujo a los platos, y son ambas muy valoradas. La trufa negra es muy apreciada por su versatilidad y se puede usar en una amplia variedad de preparaciones, como salsas, risottos, pastas y carnes, e incluso en algunas cadenas de supermercados venden sucedáneos o productos con aromas a trufa negra. Su sabor intenso se mezcla bien con otros ingredientes y añade profundidad a los platos.
La trufa blanca, en cambio, es más delicada y se utiliza con mayor frecuencia en platos más sencillos para resaltar su sabor único. Se suele rallar finamente sobre platos de pasta, arroz o ensaladas para realzar su aroma y sabor. La trufa blanca también se emplea a menudo en aceites y vinagres aromatizados para añadir un toque especial a las preparaciones.
Trufa negra o blanca, una elección en función de la temporada
La trufa negra y la trufa blanca son dos variedades excepcionales que deleitan a los amantes de la gastronomía. Mientras que la trufa negra destaca por su sabor intenso y terroso, la trufa blanca sorprende con su delicadeza y aroma sublime. Ambas variedades tienen un lugar especial en la cocina gourmet y son capaces de elevar cualquier plato a otro nivel.
Si estás buscando disfrutar de la experiencia única de degustar trufas y no saber si escoger trufas negras o blancas, te aconsejamos que te dejes guiar por la temporada del año en la que estamos, para poder probar trufas frescas, apreciando mucho más sus características, y que el precio de las que no estén en temporada sea demasiado elevado.
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